<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d14932857\x26blogName\x3dLa+Majuluta\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://lamajuluta.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_AR\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://lamajuluta.blogspot.com/\x26vt\x3d-2938785609568637917', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

La Majuluta

Indice de recetas


25.5.08

Sorprendente Sydney.

A parte de la clásica foto de la ópera de Sydney y de saber que es la ciudad más grande de Australia sin ser su capital, poco conocíamos de ella antes de llegar. Así fue como, desprevenidos, nos sorprendió en muchos aspectos.
La vida de la ciudad sobre el amplio puerto, que no coincide con las imágenes clásicas de un puerto. La costa con sus incontables playas llenas de surfers, como Bondi y Manly. La tranquilidad en los suburbios, rodeados de verde... y de arañas. :O Los parques y jardínes en el centro de la ciudad, con cacatúas volando de árbol en árbol. Y los murciélagos frugívoros peregrinando al atardecer entre el jardín botánico y Hyde Park. Esas son algunas de las impresiones indelebles que nos ha dejado Sydney. Con las indicaciones de Jennifer y Martin pudimos sacar el mayor provecho a nuestra corta estadía y ver un poco con los ojos de quien vive en el lugar.

Sydney, puente y ópera

En lo gastronómico, nuestro recorrido comienza con un desayuno en el Queen Victoria Building, con meat pie y english muffin (ehm, moffin not tea), pasa por el fish market, donde nos llenamos los ojos de pescados y crustáceos (como el Moreton Bay Bug), y sube a Surry Hills para regodearse en sus restaurantes más de moda. Mohr Fish, Billy Kwong, Longrain. Fuimos también ahí de sorpresa en sorpresa.
Cómo describir la cocina en Sydney? Entra en lo que actualmente se ha dado en llamar "Pacific Rim Cuisine". Es un perfecto ejemplo de que el mar, más que separar une, incluso tratándose del Pacífico. Allí se han mezclado ingredientes y sabores de las márgenes de este gran océano. Particularmente del sudeste asiático, de China y Japón. A lo que hay que sumarle la influencia que históricamente aporta Inglaterra.
Los horarios y costumbres son bastante distintos de los nuestros. Se cena apenas termina el día de trabajo, entre 6 y 7. En general, cuando se va a un restaurant, no se hace reserva. Mientras se toma una cerveza, un bitter lemon soda o un virgin Mary (muy bien condimentado como el especial de Longrain), se espera la mesa en un pub cercano o en los mismos bares anexos a los restaurants. Y a la hora de sentarse a la mesa, lo primero que traen es una botella o un vaso de agua helada de la canilla. Además uno puede llevar su propia botella de vino.
Elegir varios platos y compartirlos, cuando van más de dos personas juntas, es una agradable forma de disfrutar un mini-banquete.
Otra experiencia es leer los menúes. La carta de Billy Kwong por ejemplo, cambia todos los días, según lo que se encuentre en el mercado. Muy lógico. Pero hay otras cosas que pueden sonar más extravagantes a nuestros provincianos oídos. Por ejemplo el cordero bio-dinámico. Supongo que querrán decir que comió pasto sobre el que caminó o algo así. En fin, un cordero que creció y vivió "libre" y feliz. Hasta que lo mataron, claro. Parecen no ser suficientes las denominaciones bio u orgánico...

Billy Kwong, by chiquitobanana
Billy Kwong, originally uploaded by chiquitobanana.

Otra cosa curiosa: a la cuenta final se agrega un dólar por cabeza para equilibrar el CO2 generado al cocinar. Lo destinan a plantar no sé cuantos árboles en China, que consumirán ese dióxido de carbono.
Estos son puntos que pueden resultar un poco superficiales para quien vive en un país dónde se está destruyendo el campo, y siempre bordeamos la crisis a pesar de la abundancia de recursos. Digamos que las preocupaciones a la hora de comer pasan por distintos lados. Pero hay que admitir que es más que válido preocuparse por saber que lo que comemos no comió a su vez porquerías, o por tratar de dejar, en lo que respecta a la energía y al consumo de esta, las cosas más o menos como estaban (sin olvidarse de la segunda ley de la termodinámica :D ). Solo que siempre me queda la duda que sea más una cuestión de imagen, porque así se vende mejor.
Pero claro, después llegan a la mesa unos wonton de vieiras perfectos aunque un poco escurridizos para mis palitos, unos deliciosos sang choi bao para armar, con la cantidad justa de coriandro, jugosos, divertido, y un pato con ciruelas, tierno y crujiente, bellísimo con larguísimas rajas de canela y anís estrellado. Y entonces uno, con la panza llena y el corazón contento, les perdona la falta de luz en el local, los bancos incómodos, los carteles de oxfam recordándote la gente que pasa hambre en el mundo... Porque lo más importante en un restaurant, lo que nos lleva ahí, es sin duda la calidad de la comida, y el resto es el escenario.
Y así, me voy a quedar soñando con probar de nuevo el soft shell crab (jaiba blanda) de Longrain, o admirar antes de tomar los cafés con su "latte art". Intentando reproducir las papas aplastadas, crushed, que comimos en el jardín botánico con la esperanza de que salgan parecidas. Recordando el Fish Market, donde los turistas japoneses se comían por 50 dólares platos gigantes de ostras, langostinos, sashimi, y cuanto bicho de mar uno se pueda imaginar, bajo la mirada vigilante de gaviotas e ibis y los comensales locales ponían debajo de la mesa la botella de vino envuelta en papel porque está prohibido tomar alcohol en público.
Sydney está llena de detalles curiosos, que nos llaman la atención y nos hacen reflexionar. Pero más allá de lo anecdótico, se come bien, muy bien.

Etiquetas: ,

7 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Marcela probaste los wontons fritos con salsa de tamarindo? En Perú a la comida china fusionada con la peruana se le dice Chifa y al wonton se le dice wantán. Son un verdadero manjar.
¡Felices Fiestas Patrias!
Katia

25/5/08 19:01  
Blogger Marcela dijo...

Hola Katia, los wontons fritos creo que los probé justamente en un chifa en Lima, hace un par de años. Tendría que buscar las fotos... Fue un pequeño banquete donde comimos también medusa. Y pato, y tantas otras delicias.
Acá me han faltado unas empanadas para festejar el 25, pero ya me resarciré. :D
Saludos!

25/5/08 20:16  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias por este relato de tu visita a Sidney. Me ha encantado

Besos. Ana

27/5/08 19:29  
Blogger Marcela dijo...

Gracias Ana. Te vas a reír, me parece increíble que lo leen completo. Como creía que me había quedado muy largo el relato, empecé a recortar de un lado y de otro, para no aburrir. :D
De cualquier forma, lo que quería transmitir es que vale la pena ir, la experiencia fue muy interesante y enriquecedora.
Saludos!

27/5/08 20:11  
Blogger Brigitte dijo...

magnifique reportage, merci
encore, encore......

29/5/08 14:30  
Blogger Marcela dijo...

Te agradezco a vos la visita querida Brigitte! Me alegro que te haya gustado, sé que te gustaría darte una vueltita por aquellos lados... Para cuándo? ;)
Bisous!

29/5/08 15:02  
Blogger Roberto dijo...

Im Gegensatz zu nur 'bio', ist 'bio-dynamisch' auch eine Frage der kosmischen Kräfte, also zu welcher Mondphase z.B. die Aussaat oder Düngung stattfand ;-)
Aber mir kommt es auch ein bißchen so vor, als ob der ganze Bio-Öko-Kram 'dort unten' auch eher was für das Gewissen ist, wenn die Umwelt mal wieder gerettet werden muss.

1/6/08 12:00  

Dejá un comentario